4.04.2006

01 de abril (lo que pasó)

artes plásticas · gabriel de la mora
Nacido en la capital de Colima, Gabriel de la Mora trabaja y vive en la Ciudad de México, donde mantiene un estudio que semeja un laboratorio y archivo de su labor y experimentación. Minucioso y obsesivo, es un artista conceptual que trabaja en variadas formas dictadas por la idea y tema que le interesa investigar y articular. Si bien ya toda una generación de jóvenes artistas mexicanos hacen un esfuerzo por romper con la tradición que determinó gran parte de la producción en el país, basada en deseos de continuar corrientes caducas inscritas en una necedad nacional expresiva, pocos son los que mantienen técnicas académicas que dicha generación engendró. El desdén a desafiar la tradición y a la vez inscribirse en un marco internacional que tiene exigencias de otra naturaleza parece significar deshacerse de lo recuperable de la tradición, estrategia que socava la meta a obtener. Gabriel de la Mora es de los pocos artistas que combinan en su obra una factura sólida con búsquedas conceptuales, que desafortunadamente parecen ser una legitimidad de salidas fáciles y repetitivas, y poco convincentes a nivel formal. En sus variadas series a demostrado ser un artista cuya labor conceptual no menosprecia un rigor formal. Este modo de trabajar, a su vez, le permite experimentar y desafiarse así mismo. Este aspecto es fundamental en la búsqueda individual, una vez que logra completar una serie, en lugar de continuarla en una lógica de éxito garantizado la deja y vuelve a su laboratorio. Trabaja en variadas formas a la vez: performance, pintura, escultura y más recientemente tiene un interés en la instalación. Dibujar e intervenir objetos así como efectuar performance con cabello, un material cargado de significado cultural y de uso legal y médico, le permite elaborar obra en torno al cuerpo y al corpus cultural contemporáneo. Su interés en la niñez como periodo formativo de identidad personal y cultural, así como sus ideas sobre las relaciones con género, poder y representación en nuestra cultura contemporánea, es una de las más importantes claves en su trabajo.